El barrio Antioquia es un
barrio tradicional de Medellín. Situado en el sur occidente de la capital
paisa, pertenece a la comuna 15, llamada Guayabal. Uno de sus costados limita
con el aeropuerto Olaya Herrera. Allí, desde hace muchos años se ha dicho y comprobado
que se venden alucinógenos. En años pasados, cuando Luis Pérez era alcalde, fue
el escenario de una cruel y sangrienta batalla entre los combos de la 59 y el
que todavía llaman “coquito”. Hoy en día es un amasijo de bandas
organizadas, dueñas de pedazos de calles o carreras, que ya no compiten entre
si pero si han logrado entre todos que no los toquen.
En el barrio Antioquia, lo
saben los subalternos del alcalde magno Federico Gutiérrez, y la policía
metropolitana ,se ejercitan las bandas de “Los negros de la calavera”, ”Las
Mellizas”, “La del quintopatio”, “Los pecosos” y otras más. Algunas
distribuyen, otras empacan, guardan o intermedian como campaneros o como
negociadores con quienes dejan vender. Los estudiosos de la seguridad de Medellín
saben que entre la carrera 55 hasta por lo menos las 65 F y desde la
calle 22 hasta la 28 de la nomenclatura urbana de Medellin, se ejerce el mas
evidente, descarado y apabullante negocio de mercadeo de alucinógenos, pero
desde cuando hace 15 años, en el 2001, Luis Pérez hizo la “operación
canabis”,la autoridad constituída o se hace la de la vista gorda o aplica el
régimen legalizado de todas las ollas que se conocen en Colombia.
Erradicar este cáncer de
las entrañas de Medellín es entrar en conflicto con toda una estructura de
permisividad que los ciudadanos han terminado por aceptar y, en muchos casos
defienden porque les garantiza, como al gato, tapar su popó mal oliente.
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