Publicado en
Diario ADN,septiembre 11
No nos metamos
más mentiras. Existe un foco primigenio de la corrupción que se campea por
todos los tres poderes que constituyen al estado colombiano, el ejecutivo, el
legislativo y el judicial. Y ese foco hay que arrasarlo, destruirlo
totalmente para que sus cenizas no vayan y nos resulten como el ave fénix. Es
el invento desgraciado de los “cupos indicativos” con los cuales los
gobernantes compran a los congresistas, los diputados y los concejales.
A partir de eso
que tan imbécilmente llamamos “mermelada” se desparrama la corrupción en el
país. Con las partidas asignadas oficialmente en los presupuestos, el
gobernante logra que le aprueben otros proyectos, pero los congresistas y los
diputados y los concejales consiguen los contratistas que realizan las obras
indicadas en el cupo con el compran su voto y se riega más la debacle. Esos
contratistas se ganan en licitaciones orientadas, o en contratos adjudicados
a dedo, las obras señaladas en los cupos y de allí sale el porcentaje
conque todos los elegidos cuadran su sueldo,pagan sus campañas y se
protegen de la justicia, que ya sabemos que le han ido comprobando la venta
desde los fallos condenatorios o absolutorios hasta las preclusiones.Y
entonces se cierra el círculo porque para poder que todo eso pase, los
gobernantes deben firmar decretos o adjudicaciones y para ellos existe
también una asignación en esa repartija .
Si no atacamos de
raíz ese mal destruyéndole, nada cambiará. De la misma manera si no exigimos
la renuncia de todos los magistrados de las cortes, la telaraña de la
compraventa de los fallos no parará de las Cortes para abajo hasta llegar al
citador del juzgado. Hay que destruír para construir de nuevo.
@eljodario
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