¿Para qué nos sirve apostar a la felicidad en el trabajo durante momentos desafiantes? Podríamos afirmar que en la vida la única constante es el cambio, la humanidad ha atravesado grandes desafíos en los últimos años y las organizaciones se han visto retadas a transformarse y enfocarse en otros aspectos del trabajo para poder alcanzar los mejores resultados, mantener el buen rendimiento de los equipos, potenciar la productividad y disminuir la rotación de personal.
¿Sabías que la persona
promedio pasa alrededor de un tercio de su vida trabajando? Un estudio
realizado por la Universidad de Gettysburg ha demostrado que “una persona dedica unas 90.000 horas al
trabajo a lo largo de su vida”. Dedicamos gran parte de la vida a trabajar,
y por ello es que la felicidad y el bienestar han cobrado un importante nivel
dentro de las organizaciones en los últimos años.
El concepto danés Arbedjsglæde se
puede traducir como la felicidad derivada de hacer algo, logrando estado de
satisfacción y bienestar, un pensamiento que ya se emplea en países como Dinamarca.
Cuando dedicamos tanto tiempo a algo, es natural pensar que ese algo nos motiva
y nos hace felices, tal vez no todo el tiempo, pero sí en general.
Empresas que han tomado la
felicidad como un componente esencial en su ejercicio de cultura organizacional,
han priorizado elementos como la flexibilidad y autonomía que promueven el
balance entre vida personal y laboral, abren espacios para el aprendizaje y
adquisición de nuevas habilidades tanto laborales como para el crecimiento
personal de sus colaboradores, entrenan a personas cabezas de áreas en
liderazgo positivo y comunicación asertiva para tener una constante interacción
con sus equipos de trabajo. En esencia, se han enfocado en nutrir la humanidad,
comprendiendo que más allá de tener empleados, cuentan con el trabajo y
dedicación de seres humanos con necesidades, virtudes y oportunidades.
Reconocer esto es vital, pues
al llevar el lente al ser y no solo al hacer, las empresas están tocando el
campo de la felicidad organizacional. Ya se han venido estudiando hace varios
años los beneficios de brindar a los colaboradores los espacios y herramientas
para su felicidad, no solo para que los individuos y equipos sean más
productivos, sino también para promover la creatividad, motivación, compromiso,
la resolución de conflictos, el pensamiento crítico y el buen trabajo en
equipo.
Cuando llegan los desafíos, el
tener equipos comprometidos y felices con sus trabajos permite que la
organización tenga resiliencia y pueda adaptarse y transformarse de una manera
positiva ante los cambios y dificultades. Esto no significa que todo el mundo
se sienta feliz o satisfecho todo el tiempo, pero sí se trata de brindar las
bases del crecimiento y el bienestar.
El trabajo puede convertirse
en un lugar seguro para las personas, donde puedan expresarse auténticamente y
también el lugar en el que pueden aprender las herramientas necesarias para
vivir mejor y nutrir su ser de una manera integral, trabajar en pro de su
proyecto de vida y de sus sueños.
El trabajo es algo que debemos
percibir desde el amor y no desde el deber o necesidad, por ello, cuando
hablamos de felicidad laboral abarcamos una profundidad del concepto que
trasciende la mera satisfacción. Hablamos sobre aspectos como el sentido y
propósito, la importancia del relacionamiento saludable, la inteligencia
emocional, la comunicación asertiva y escucha, el desarrollo personal y los
retos. Cuando las personas logran conectarse con estos elementos dentro de su
empresa, se abren las puertas para crear una comunidad que, en momentos
desafiantes, logran salir adelante.
En Areandina, abrimos espacios de conversación
para desarrollar culturas de felicidad en las empresas. Si deseas inscribirte
en nuestro próximo evento “Felicidad: La llave productiva de las organizaciones
4.0” que se llevará a cabo del 17 al 19 de agosto de 2021, comunícate con
nosotros.
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