Agosto - Este majestuoso
felino habita en diferentes ecosistemas de nuestro territorio. Con su pelaje
que puede variar en tonos desde el gris hasta el rojizo, se camufla muy bien,
convirtiéndose en un depredador sigiloso y eficiente. Es el segundo felino más
grande de todo el continente, y por eso, su presencia en Risaralda es un
testimonio de la rica biodiversidad que poseemos.
Los pumas normalmente se encuentran en la cima de la pirámide alimenticia y,
por ello, su presencia puede ser un reflejo de la buena salud de los
ecosistemas. Se han adaptado a la vida en solitario, son sigilosos pero
territoriales, y cumplen una función vital en el equilibrio de los ecosistemas.
Pese a su gran tamaño, los pumas no tienen la capacidad de rugir; sin
embargo, emiten una gran variedad de sonidos como maullidos, pequeños gruñidos
y hasta una especie de aullido. Todos estos sonidos les ayudan a comunicarse
entre sí.
Es muy poco común que se presente un encuentro
entre pumas y humanos; sin embargo, las variaciones en el clima y las
modificaciones de su ecosistema pueden llevar a estos felinos exploradores a
toparse con la civilización. Si esto llega a suceder, se debe evitar el
contacto directo para garantizar la seguridad tanto del puma como de las
personas. Posteriormente, se debe dar aviso a las autoridades para que nuestros
profesionales se hagan cargo y podamos seguir conservando esta maravillosa
especie.
Recordamos a la ciudadanía en general, nuestra
línea de atención 311 360 6917 para encuentros con fauna silvestre.
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