Sorocaba es un municipio que dista 1 hora y 15 minutos de Sao Paulo, Brasil, y es el lugar en donde el microbiólogo Pedro Ynterian posee un refugio para diferentes animales, entre ellos 50 chimpancés, que podrían ser los nuevos compañeros de vida de Yoko, el único primate que hay en cautiverio en Colombia y por el cual el gobernador de Risaralda abogó en la COP16, en Cali.
“Yo sé que aquí en Risaralda somos ambientalistas; generamos un llamado
a la doctora Susana Muhamad, ministra de Ambiente, para que se aceleraran los
permisos de traslado de nuestro chimpancé Yoko a un santuario de fauna en
Brasil”, explicó el mandatario de los risaraldenses Juan Diego Patiño.
Yoko tiene aproximadamente 40 años; está en el bioparque Ukumarí, luego
de haber sido rescatado de sus dueños mafiosos que lo criaron con las
costumbres de un humano para satisfacer sus excentricidades, sin dimensionar el
daño que le hacían y que ahora las autoridades ambientales y el gobernador de
Risaralda quieren resarcir, con el traslado de este homínido al santuario
paulista.
La petición del gobernador al alto gobierno busca que Colombia expida el
certificado CITE (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre), un documento que le da legalidad al
traslado internacional de este animal y que busca “asegurar que la
fauna y la flora sometidas a comercio internacional no se exploten de manera
insostenible, es decir, que su comercio no sea perjudicial para la
supervivencia de esas especies en el medio silvestre”, anota el Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia.
“Esto lo hacemos con mucho respeto, pero también entendiendo que si Yoko
es trasladado al santuario de fauna va a compartir con muchos de los
chimpancés, va a tener una larga vida y haría que Colombia – por primera vez en
la historia – estuviera libre de simios en cautiverio”, anotó el
gobernador de Risaralda, haciendo eco de las mismas palabras que utilizó en la
COP16 para generar conciencia ambientalista.
Evidentemente, los chimpancés son gregarios; se mueven en manadas,
precisan de la compañía de sus iguales, y en el concepto del acaudalado
propietario del santuario en Brasil y experto en primates, Pedro Ynterian, los
chimpancés son “humanos primitivos”, lo que ratifica su
necesidad de vivir en sociedad. Yoko ha crecido prácticamente al margen de su
especie desde cuando sus dueños lo vestían, le ponían zapatos, pañales, le
enseñaron a tomar café y gaseosa y a consumir dulces y comidas para humanos.
Tras ser rescatado llegó al zoológico Matecaña y luego al Biopaque
Ukumarí; su estilo de vida humano impidió que pudiera convivir en el mismo
hábitat con Chita (45 años) y Pancho (29); desde su propio espacio veía de
lejos a sus pares para que, de alguna manera, tuviera relación con su especie.
Desde julio del año pasado (2023), tras el trágico fin de los otros dos
primates, Yoko se quedó solo y se convirtió, de paso, en el único simio en
cautiverio en el país. Las autoridades buscan que tras la reubicación en el
exterior de este chimpancé, Colombia sea el único país del continente que se
declare libre de grandes simios en cautiverio.
“Este es un tema de conservación importante; es más, es un tema de calidad de vida para un animal que puede tener mejores condiciones allí en Brasil, y por eso hicimos este llamado respetuoso dentro del marco de la COP16 y la conservación de la biodiversidad de nuestro territorio”, puntualizó el gobernador Juan Diego Patiño Ochoa.
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