El componente del transporte
público en el AMCO, ha sido “movido” por
odios enfermizos. Por altos intereses que persisten en la plataforma real que
les permita su integración. Ha sido una
colcha halada desde todos los ángulos.
Permitió, incluso, el
ingreso de “manos foráneas” al negocio como a bien lo llaman.
El modelo es exclusivo desde
antaño: pequeños propietarios hasta “tiburones” del sector: ruedan 740 vehículos alineados en 7 empresas y dos más
mixtas. El transporte hoy es uno antes y después del Megabús. Como lo será con
la llegada del Cable Aéreo. Hitos de ciudad.
Hablar de lo que es Integra,
no da lugar. Hay numerosos litigios aún en camino. Es del nuevo modelo
operacional que estaba listo y se reventó por esa mezcla o puja por “quienes
son los dueños, los mayoritarios”. Cuando todo estaba pilado y el propio
gobierno local del señor alcalde Gallo, había invitado de manera recurrente
para que se pusieran de acuerdo. Total: fueron ellos, los transportadores,
quienes dieron un portazo y se olvidaron que sus intereses pueden ir más allá
de sus emblemáticos enredos. Pensaron en ellos menos en las comunidades y en el
salvavidas tirado. Han evitado caer en manos de monopolios que seducen presupuestos
e imponen reglas. Pero las finanzas hoy no son las mismas. Actúan o se
despedazan en calles y carreras de esta región.
Cantado está, alertados
están, que habrá apertura de licitación
para la adjudicación de la Cuenca Cuba (12 articulados) que releve al ya sepultado Promasivo. Integra
tiene 34 articulados. No hay tu tía. No escucharon y prefirieron mejor botar el
riguroso oficio conciliatorio, en el que antes habían empeñado su palabra al
que le apostó con esperanza el dr Juan
Pablo.
Espero, que ellos- los
transportadores – no coman de su propio cocinado después que botaron corriente
durante más de 6 meses.
Esperamos que mañana, la
molestia del alcalde con los transportadores, no sea la misma del ciudadano con
el modelo de transporte. Está neutro. Con freno de mano.
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