En las
últimas horas, dentro del marco de la reunión de seguimiento a la justicia
transicional de Risaralda, a instancias de los miembros del poder judicial
regional, la defensora del Pueblo, Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu, propuso una
revisión profunda a los diferentes programas de resocialización que adelanta el
Inpec en los centros de reclusión del Departamento.
La experta en
derechos humanos sostuvo que la resocialización punitiva debe girar en torno al
trabajo carcelario, lo que en últimas obedece a la filosofía de que estas
personas requieren de una capacitación adecuada previa para poder brindarse un
sustento honesto en su vida a futuro y, por lo tanto, para poder alejarse del
delito. En consecuencia, pidió que se haga un análisis del verdadero efecto que
tienen estos procesos en Risaralda.
“Estamos
evidenciando que la gran mayoría de las ciudadanos que ingresan a las cárceles
del departamento tienen antecedentes penales, es decir, reinciden en estos
comportamientos delictivos, con lo que se evidencia que en algo estamos
fallando”, aseguró.
La
funcionaria dejó claro que si bien el ideal resocializador no garantiza la
prevención del delito, abandonarlos a su suerte sin prepararlos para la
libertad en forma efectiva, resultaría catastrófico para la sociedad
colombiana.
La
funcionaria recordó que es obligación del estado devolver a la calle a estos
colombianos resocializados, eso quiere decir romper con el mito urbano de que
las cárceles son “universidades del delito”.
“Ahora bien,
un centro penitenciario no puede seguir siendo un establecimiento que se
dedique a castigar la infracción penal exclusivamente. Si queremos evitar la
reincidencia y la efectiva reinserción a la vida en comunidad, es
responsabilidad del Inpec reformular sus procesos y llamar a otras entidades a
fortalecer este tipo de programas, que en últimas es su razón de ser, máxime
que entidades como es Uspec (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios),
ya tienen en sus hombros toda la carga logística de atención y operativa de la
administración carcelaria en Colombia”, explicó.
Elsa Gladys
Cifuentes reiteró que si un interno está vinculado con proyectos productivos
siente que es útil, que está produciendo. Añadió que diversos estudios
comprueban que la capacitación para el trabajo dentro del establecimiento
penitenciario baja los niveles de tensión, disminuye la violencia, reduce las
causas que detonan las enfermedades mentales y proyecta a la persona hacia la
utilidad.
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