No conozco a José Miguel Mendoza, el
superintendente de Servicios Públicos, pero amigos comunes siempre me exaltaron
sus capacidades. No se, empero, dónde las tenía cuando cedió a la presión de la
Casa de Nariño contratando a la cuestionadísima banca de inversión Lazard para
organizar el futuro de Electricaribe. Parecería que Mendoza no revisó los
baches en que esa banca Lazard ha caído en los últimos años, cuando contrató al
exministro español Rodrigo Rato ,hoy condenado por desfalcos al
capital estatal y privado de su país. Y que, por supuesto, no se dio
cuenta cuando en esta columna el 7 de marzo denuncié que en la Unión
Europea habían enfrentado a las revisoras fiscales Deloitte,E & Y, KPGM y
PWC por haberles demostrado que tenían intereses en la banca de inversión
Lazard.
Pero el chasco de Mendoza contratando a Lazard para
organizar el futuro de Electricaribe es gigantesco porque el mismo día 16 en
que se bañaron en agua de puchos anunciando su contratación, en las bolsas de
New York,Londres y Paris se informó que Lazard se había equivocado en la
estructuración de la venta de Solarcity a Telsa porque contabilizó 2 veces un
pasivo y las acciones aconsejó venderlas a 34 dólares cuando en realidad valían
37.5 dólares,para un error total de 400 millones de dólares. Claro que si
Mendoza y la Casa de Nariño hubiesen hurgado un poquito más habrían sabido que
Lazard aconsejó en el pasado, cuando estructuró la venta de Aeroportal Royal
Mail que le vendieran las acciones a 16 empresas,una de las cuales hacía parte
del capital de Lazard.
NOTA: hoy podría la
autoflagelada Corte Suprema rehabilitar su deteriorada imagen eligiendo
magistrada de la Sala Civil a un símbolo impactante de las minorías no
representadas.
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