A este país le ha ido muy mal con la hibridación que
hizo de la justicia anglosajona, verbal e inmediata, tratando de
convertir en ágil nuestra antigua forma latina de aplicarla al estilo del
derecho romano. El traspiés mayor lo ha sufrido con la justicia oral, que no
desengavetó expedientes como se creía, sino que llenó de nuevas sanguijuelas el
aparataje, como ha pasado con los testigos falsos.
No puedo entonces estar de acuerdo con el nuevo
embeleco de la Comisión de la Verdad, primero, porque se trata de otra
hibridación anglosajona que no encaja con nuestra manera centenaria de
entender la justicia Y segundo,porque considero que la tal Comisión de la
Verdad es contraproducente en un país en donde siempre han camuflado la
venganza y la envidia con los mantos celestiales de la justicia.Pero si además
está Comisión quedó homogéneamente conformada por quienes creen que la guerra
que terminó no la hicieron los que firmaron la paz de La Habana sino los que
trataron de derrotar a las Farc, me temo que no van a sembrar la paz duradera
sino la semilla de otra guerra.
Aunque el padre De Roux ha dicho que la Comisión, que
él presidirá, no tiene trascendencia jurídica, sí tendrá entonces una
sentimental y sicológica que deformará la historia y corre el peligro de ser
considerada como “ Cóndores no entierran todos los días”,una novela que terminó
siendo leída durante los últimos 50 años como la historia que no contaron,
aunque sigue y seguirá siendo novela. Y eso que la escribí pensando ilusamente
que al narrar tan inigualable violencia atroz, aquí no se volvería a
repetir tamaña estupidez.
@eljodario
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