Publicado en Diario ADN, mayo 31
2018
Los dos candidatos seleccionados
por los votantes para la segunda vuelta presidencial el 17 de junio parecen
estar ocupados no solo en la lógica serie de negociaciones para adherir a
sus campañas a los derrotados el domingo pasado,sino que,como si fuera un
juego de la topa tolondra, a cambiarse el vestido que se pusieron para la
primera vuelta. En otras palabras ,la competencia ahora es por el que más
recule.
Las explicaciones que dio el
candidato del expresidente Uribe en relación al manejo que le va a dar al
consumo de la marihuana, revalidando lo de los jíbaros y modificando su
tesis de mandar a la cárcel a todo el que porte la dosis mínima,ni le va a
atraer los jóvenes que ya los espantó ( y se fueron para donde Petro y
Fajardo el domingo) ni le quita el aire de mandadero de Uribe, quien
está pregonando desde hace rato su teoría de que la dosis mínima debe
derogarse.
Por su parte Petro, que se pasó
los cuatro meses de campaña asustando ( es algo que a él le fascina)está
tratando de ponerse otro vestido, el de quien fue mal interpretado y
de explicar que cuando dijo una cosa lo que pretendió decir fue
otra.Pero si sembró susto no puede cosechar sino pánico y muchos
colombianos han hundido entonces el botón del miedo y revivido el
fantasma de la Venezuela de Cháves, que Petro tanto adoró en el inmediato
pasado.
Estos días entonces veremos
al staff de Uribe moviéndose con habilidad consiguiéndole más
adhesiones a su candidato,lo que no les va a quedar difícil ,y a
Petro ( como no tiene staff porque también los espantó) consiguiendo a
punta de palabras los votos de quienes no aceptan que Uribe vuelva a
gobernar.
@eljodario
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