Ha venido a
visitarme a mi finca ,entre el rio Cauca y la desbaratada carretera Panorama,
el señor Director Nacional de Invías, Juan Esteban Gil. El gesto,que enaltezco
y valoro en todo lo que significa, se aumenta porque vino a explicarme en
detalle el desarrollo y evolución de los problemas que el Invias ha tenido para
asumir desde el 7 de agosto que comenzó el gobierno Duque, el mantenimiento de
las carreteras que el 31 de julio del año pasado fueron devueltas a la nación
porque cesaron sus concesiones de mantenimiento.
Sus
argumentos y razonamientos son respetables.Eso sí,difieren radicalmente de los
vómitos que han arrojado, sobre mis notas críticas alrededor de las carreteras
en esta columna, sus congéneres duquistas desde los garages tuiteros que
pretenden dizque defender la imagen del presidente. El doctor Gil no vino a
refutar mis argumentos.Tampoco a negarlos ni a afirmarlos categóricamente.Vino
a explicarme que si pudo haber una falla en el empalme entre el gobierno Santos
y el gobierno Duque antes de su posesión, donde no se advirtió la gravedad de
lo que podía pasar,( y pasó), tampoco se buscó una fórmula para remediarlo.Pero
sobre todo que existe una falla estructural del mastodonte que es el estado
colombiano que les impidió ,por falta de nominación presupuestal, invertir de
agosto a diciembre las platas que seguían recibiendo de los peajes.
Actuando
más como maromero,haciendo calistenia presupuestal,el Invias, dice su director,
ha podido desde el 2 de enero desarrollar un programa de urgencia sin
decretarla.Ahora comienza entonces su labor de ponerle curitas a las
carreteras colombianas mientras el dinosaurio de la burocracia esquiva
los obstáculos de las madres abadesas y de los pipes,que paralizan la
marcha del gobierno, y logran sacar avantes las licitaciones de
mantenimiento que debió haber tenido listas desde el 7 de agosto.
@eljodario
0 comentarios:
Publicar un comentario