Bañado en la contagiosa desidia que nos gobierna,el país cumple
sin inmutarse 200 años de haberse independizado realmente del imperio
español.La batalla de Boyacá ha sido tenida así por historiadores
colombianos e ibéricos y aunque bélicamente no pasó de ser un enfrentamiento
menor,sus efectos sirvieron para mitificarla. Los colombianos ,empero, no lo
consideran mañana así y salvo por los esfuerzos que han hecho los medios de
comunicación,aupados obviamente por la pauta oficial,poco o nada parece
rompernos la abulia en que hemos caído.
Si hubiésemos pensado en grande, desde el 2010 cuando celebramos
en otro tono los 200 años del grito de independencia,habríamos planificado la
inauguración mañana de las obras fundamentales conque nos han mamado tanto
gallo: el túnel de La Línea, el Metro de Bogotá y la Ruta del Sol. No fue
posible por una u otra causa que los gobernantes de todos estos años lo entendieran
así.Los políticos menos.Nos hemos embarcado en los últimos 16 años en una
batalla polarizante,en conseguir con la guerra o con las negociaciones la paz
tan anhelada y se nos olvidaron los mitos patrios,las grandes obras y el empeño
nacional en salir adelante. Dicen que vamos en esa dirección pero viéndolo
bien no hemos pasado de ver repetir una y otra vez la ominosa
actitud del general Santander ,cuando se bajó del caballo en Santa Fé luego de
la Batalla de Boyacá, y se pagó por delante, y sin ningún recato, los servicios
prestados a la causa libertadora quedándose con la Hacienda de Hatogrande
expropiándosela a un viejo cura español que era su propietario.Pero ni de esas
verdades ni de tantas mentiras que nos mitificaron vamos a hablar mañana,200 años
después.
0 comentarios:
Publicar un comentario