La mayoría de los lectores de esta columna, y los
oyentes por el podcast, no parece preocuparles el alza mayúscula que ha sufrido
el dólar por estos días. Para bastantes es un problema financiero que no les
toca y que deben solucionarlo , si mucho, entre el ministro de Hacienda y el
Banco de la República.Pero mas temprano que tarde el alza del dólar nos va a
destornillar a todos.A los que comen un par de huevos diarios al desayuno como
a los que viajan en diciembre a vacaciones en Miami. Como Colombia importa la
gran mayoría de los alimentos que consume o una gran cantidad de la
materia prima que usa para fabricar productos, el alza de dólar va a
significar directamente otra alza proporcional en la canasta familiar .
Si miramos en más detalle el desayuno mencionado,
podemos medir la magnitud del efecto que nos causa el dólar. Las arepas, hechas
en su gran mayoría con maíz importado de Estados Unidos , tienen que costar más
con el dólar más alto. Los huevos no los importan, pero el concentrado que se
comen las gallinas está hecho a base de maíz y de otros granos, importados
pagados en dólares. Y el trigo para hacer el pan.Y si es paisa y le
mete un chorizo o un chicharrón al desayuno, también tendrá que pagar más. Los
cerdos los alimentan con ese mismo concentrado. Ahora ni hablemos de los
precios a donde se treparán los celulares que todos usamos y los computadores y
los vehículos y las motos con partes importadas y las lentejas y hasta los
limones ecuatorianos.
Muchos dejarán de ir a Miami y quizás tampoco irán
a la Costa porque los pasajes aéreos deben subir y la gasolina para el carro o
para el avión, se trepará con la bizarría conque las peleas entre el
emperador de China y el señor Trump arrecien.Y no me meto a analizar lo que
será la inflación y la manera como a todos nos resultará más costoso, ni
cuantas cosas dejaremos de comprar. Desayunemos más bien.
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