No nos vengan con cuentos melifluos
ni impunidades traversas. Los guerreristas, los que creen que es mejor
seguir la guerra, tanto desde el bando del gobierno como desde el bando
de las guerrillas descontentas han obtenido una victoria, pero todavía no han
ganado la batalla para volvernos a meter en una guerra que ya probamos que es
mejor no tenerla como compañera de viaje.
Dado que la paz de Santos fue
exclusiva y excluyente .Como el plebiscito para apoyarla mostró al país
dividido en dos mitades casi iguales, pero quienes sacaron ventaja para
declararse ganadores no fueron capaces con la victoria y, en vez de exigir
cambios y reestructuraciones válidas, se transaron por un plato de lentejas
adobado con culillo.
Como en ese pacto firmado en La
Habana no fueron capaces de coger el rábano por las hojas y en vez de transar
sobre el negocio de la droga que sostiene la guerra, prefirieron ser abstractos
y al abstenerse de ordenarlo expresamente ,ni apagaron el motor de la
guerra ni dejaron contentos a los Estados Unidos ni mucho menos a los
guerrilleros que no tenían la movilidad económica de los que envejecidos
prefirieron transar.
Como todo eso se juntó en un
coctel que el costurero uribista sabía que por lo menos le facilitaría más
tijeras y agujas para volver trizas el tejido endeble de la paz, ahí
tenemos el espectáculo: los guerreristas de las Farc y los del Centro
Democrático tiene armado el tinglado ( hasta ahora mediático) para comenzar una
guerra mucho más estúpida que la anterior.
Como los líderes antiguerreristas se
dejan callar por Palomas, Fernandas y Macías,Márquez, Santriches y El Paisa
.Como los antiguos guerrilleros que siguen creyendo en el pacto no son capaces
de purgar sus heces y como al resto del país le fascina hablar mal pero no
hacer nada ,entramos en estado de reversa y, que yo sepa, a ningún país
reculando le ha ido bien.
gardeazabal@eljodario.co
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