Tras iniciar un profundo proceso de reorganización con miras a mejorar
el servicio a los clientes y el acceso al crédito en la ruralidad, el Banco
Agrario de Colombia registró al cierre de 2019, una utilidad neta de $387 mil
millones, superior en un 57,4% a la utilidad obtenida en 2018, de $246 mil
millones.
Estos resultados son generados por un crecimiento de la cartera total de
7,3%, un decrecimiento del 12,5% en los egresos financieros, equivalente a una
reducción de $61 mil millones por una mejor gestión del pasivo y una mejor
calidad en la originación de créditos que llevó a un decrecimiento del 16%
de las provisiones netas, correspondiente a
$48 mil millones.
De otro lado, el ingreso de comisionables aumentó 15,6%, equivalente a
$33 mil millones, producto de una mejor gestión comercial y el establecimiento
de nuevos convenios. En paralelo, se registró un decrecimiento del 6,1% en los
gastos administrativos que representó ahorros por $64 mil millones,
resultado del programa Ahorrando Ando basado en austeridad inteligente y total
transparencia en la contratación.
Por su parte, la rentabilidad del activo ROA (Return on Assets)
del Banco pasó de 1,0% en
diciembre 2018 a 1,5% al cierre de 2019, mientras que este indicador pasó
de 1,6 a 1,7% en el sistema financiero colombiano al corte de octubre.
La rentabilidad sobre el patrimonio ROE (Return on Equity), pasó
de 9,9% en diciembre de 2018 a 15,8% al cierre de 2019. Esto debido al
crecimiento significativo de las utilidades del Banco y a la escisión de su
capital para la creación del grupo Bicentenario por valor de $700 mil millones,
con lo que el Estado hace un uso más eficiente de sus recursos de capital.
Es de destacar que la cartera del pequeño productor agropecuario creció
4,7% y la de microfinanzas aumentó 6,0%, cifra superior al
crecimiento anual del 4,5% obtenido por la banca nacional en este rubro al
corte de noviembre.
En 2019 también se creó la banca de comercio exterior para apoyar a los
exportadores e importadores del sector rural, logrando operaciones por US$48
millones, a lo que se suma la firma de 4 contratos con corresponsales
internacionales.
De acuerdo con el presidente del Banco, Francisco Mejía: “Estos
excelentes indicadores son el resultado de un plan estratégico trazado con la
orientación del Presidente Iván Duque, denominado Camino a la Excelencia, que
incluyó cambios de fondo en la cultura organizacional y en los frentes
comerciales, de costos, tecnología, así como en el portafolio de productos y
servicios, donde el cliente es siempre el centro de todo lo que hacemos. Esta
recuperación de las tendencias negativas que traía el Banco Agrario en 2018 es
consecuencia de una correcta y rigurosa implementación de la estrategia
planteada y de persistir en su ejecución, sin dejarnos distraer, ni desmotivar,
por las dificultades que surgen en el camino.”
Innovaciones y mejoras en el servicio
Como parte de la modernización del Banco, se implementó MoviAgro que
mediante el uso de equipos portátiles (tabletas conectadas a la red interna)
permite originar y gestionar desde el campo las solicitudes de crédito y
producir de manera automática los flujos de caja del cliente según su
actividad. Con esto, el productor agropecuario, especialmente el pequeño,
obtiene de manera gratuita estos servicios, ahorrándose el pago de un
planificador externo y obtiene una prefactibilidad de su crédito en tiempo
real.
Con el fin de fortalecer los procesos de atención al cliente, se amplió
en 12,2% la planta de personal con la incorporación de 1.066 trabajadores,
entre los que se cuentan 403 nuevos asesores comerciales y la vinculación
de 663 empleados que prestaban sus servicios como temporales principalmente en
las áreas comerciales. Esta restructuración se llevó a cabo por decreto
presidencial y se hizo a cero costo, dada la optimización de cargos y procesos
en las áreas del back office.
Al dar a conocer el balance, el presidente del Banco Agrario dijo: “Me
da una gran satisfacción presentar estos resultados, pues detrás de
estos números hay más de un millón de familias campesinas que ahora pueden
poner en marcha sus proyectos productivos gracias al crédito del Banco Agrario;
y muchas empresas que pueden invertir y generar empleo formal en la ruralidad
porque han contado con un financiamiento adecuado por parte de la entidad.
También es sumamente satisfactorio saber que hoy el Banco Agrario ha alcanzado
un alto nivel de competitividad en el mercado, en todas las bancas en las que
opera. Todo esto es un gran logro, que hay que agradecer al equipo humano del
Banco que abrazó el cambio e hizo posibles estos resultados.”
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