La opinión pública en
el país se ha visto conmocionada en el último año por el suicidio de dos
reconocidos médicos. Muchas preguntas surgen a raíz de estos hechos,
especialmente las siguientes: ¿por qué unas personas exitosas y en el punto
cumbre de sus carreras cometen este tipo de actos?, ¿acaso no reciben en su
formación los suficientes elementos académicos para superar las crisis que
deben enfrentar en sus vidas? Tanto expertos en salud mental, como
agremiaciones de médicos han analizado esta situación que es cada vez más frecuente
en la profesión. A nivel mundial, se han llevado a cabo investigaciones que
tratan de responder estas cuestiones fundamentales. La Dra. Deepika Tanwar,
psiquiatra que trabaja en el Harlem Hospital Center de Nueva York, presentó en
el 2018 los resultados de un estudio que arroja algunas luces sobre tal
situación.
Tanwar concluye lo
siguiente: “El riesgo de morir por suicidio entre los médicos hombres es el
doble que en la población general y en médicas es el triple o cuádruple”. En un
ejercicio diferente, el Dr. Tait D. Shanafelt, de la Clínica Mayo, encontró que
la mitad de los médicos en EE. UU. presentaban síntomas de estrés severo, de
agotamiento profesional o burnout y de poco disfrute de su trabajo
profesional. Igualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró
que era muy crítica la situación de salud mental de los médicos y, en general,
del personal de salud, y estimó que de los 10 millones de personas que trabajan
en el mundo como médicos, la mitad tiene síntomas de agotamiento, de fatiga
emocional, además de escasas y pobres relaciones interpersonales y la sensación
de no haber obtenido logros importantes en su quehacer. Y peor aún, resaltó que
uno de cada dos no encuentra disfrute en el ejercicio de su profesión.
Los resultados de
esos estudios demuestran que ejercer la medicina tiene un riesgo mayor para la
salud del profesional, cuando esta se compara con la población general. Por eso
el título de la columna apunta a considerar que se trata de una profesión de
riesgo. ¿Cuáles pueden ser los motivos por los cuales quienes practican esta actividad
son más vulnerables al suicidio? Este también ha sido tema de investigación. Se
ha encontrado que además de la influencia genética y biológica, esta profesión
se ve enfrentada día a día a la experiencia de la enfermedad y al fenómeno de la
muerte, lo cual tiene profundas repercusiones psicológicas y emocionales. Aunque
es cierto que hay otros factores económicos, sociales y de los sistemas de
salud, que abordaré en la próxima columna.
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