El cuerpo físico es el vehículo a través del cual se desarrollan los complejos procesos que conforman a un individuo. Si seguimos la evolución, y nos basamos en la conformación de una persona desde el momento de su nacimiento, se puede afirmar de manera general que primero existe el cuerpo físico, que viene dotado de emociones, y es a través de los aprendizajes posteriores que se forma la inteligencia, el culmen de lo que constituye la realización humana. La historia de la civilización ha estado signada por dos corrientes filosóficas que tratan de comprender el fenómeno de la existencia: el dualismo y el monismo o advaita. En Occidente ha tenido una gran repercusión en la filosofía y en la ciencia el concepto de dualismo cartesiano, gracias a los aportes realizados por el filósofo, matemático y físico francés, René Descartes (1596-1650), quien consideró que la mente es una sustancia no física y no espacial y la distinguió del cerebro, donde tiene asiento la inteligencia.
Uno de los
principales impulsores del monismo o advaita fue
el filósofo hindú Adi Shankara (788-820), quien
sostuvo que el universo está constituido por una única sustancia (arjé), que
incluye al ser y al no ser. Por su parte, en
la civilización griega, el ideal del ser humano era la búsqueda de la
perfección a través del desarrollo en armonía del cuerpo físico y de la mente.
Muchos años después, el médico psiquiatra y psicoanalista austriaco Wilhelm
Reich (1897-1957) comenzó a investigar la relación inseparable que existe entre
el funcionamiento corporal y los fenómenos de la mente, y postuló que
sentimientos, pensamientos y, en general, la
vida psíquica del individuo tiene su expresión a nivel corporal; esta energía que denominó Orgón es la fuerza creadora de
la vida, y cuando se reprime y no se le permite fluir, puede provocar diversas
afectaciones tanto a nivel físico como psicológico. Desde esta perspectiva, la
enfermedad es la resultante de la acumulación de frustraciones a lo largo de la
vida del individuo que se constituyen finalmente en una coraza que impide el
desarrollo armónico del ser, de donde deviene la enfermedad.
Los fundamentos de las aportaciones de Reich,
que en la época en que fueron formulados
causaron una gran polémica, han sido retomados
actualmente e incorporadas a la praxis por disciplinas de las denominadas
medicinas integrativas, holísticas o de la mente y el cuerpo. El principio es
que a través del funcionamiento corporal se pueden detectar las dificultades
que la persona tiene a nivel psíquico y que el cuerpo físico tiene un lenguaje
a través del cual se comunica con la totalidad del ser. Aprender a leer estos
mensajes es uno de los elementos claves para tener una buena salud integral.
Cuando el alma tiene un sufrimiento, el cuerpo llora, y cuando cuidamos y
amamos nuestro cuerpo, el alma se llena de regocijo y el ser total encuentra la
plenitud de su existir. www.urielescobar.com.co
0 comentarios:
Publicar un comentario