Así lo indica la editorial publicada en la revista Travel Medicine and Infectious Disease (Medicina del viajero y enfermedades infecciosas), en la que participan científicos de varias universidades e instituciones académicas internacionales, entre ellos investigadores colombianos.
Aunque la viruela del mono es un
problema de salud importante para las personas que viven en regiones endémicas
de África, también es un problema de seguridad sanitaria mundial y se necesitan
con urgencia intervenciones apropiadas y eficaces, como la vigilancia activa y
el rastreo de contactos para evitar la identificación tardía de casos y la
implementación de medidas de salud pública.
Así lo indica la editorial publicada
en la revista científica Travel Medicine and Infectious Disease (Medicina
del viajero y enfermedades infecciosas), en la que participan investigadores de
varios países, entre ellos Juan David Ramírez, profesor de la Facultad de
Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, experto en microbiología y
medicina tropical.
Según el análisis de estos
científicos, todos los esfuerzos deben centrarse ahora en la contención de
casos para evitar que el virus ingrese a otras redes humanas, como el personal
de atención médica que aún enfrentan los desafíos impuestos por la actual
pandemia de SARS-CoV-2. Además, la vigilancia debe duplicarse para otros virus
que circulan en las poblaciones de animales silvestres, que pueden propagarse
esporádicamente a las poblaciones humanas, como muy probablemente ocurrió con
el COVID-19.
Para el profesor de la Universidad
del Rosario y los investigadores del análisis, la prevención y el control de
estas zoonosis emergentes dependen de la reducción de la exposición y la
conservación de la vida silvestre en sus hábitats naturales.
Agregan que, aunque no existen
tratamientos específicos para la viruela del mono, los Centros para el Control
de Enfermedades de los Estados Unidos recomiendan la vacuna contra la viruela
como prevención de la propagación posterior a la exposición para contactos de
alto riesgo dentro de los 4 días y hasta 14 días del contacto, pero si se
administra entre 4 y 14 días después de la fecha de exposición.
Para los expertos, la recomendación
general para prevenir la transmisión del virus de la viruela del mono incluye
el uso de la vacuna contra la viruela. Esta vacuna aparentemente confiere un
85% de protección cruzada contra la viruela del mono y se mantiene para
enfrentar el desafío de estos brotes en curso, además la vacunación puede
reducir los síntomas de la enfermedad, pero no prevenirla.
Transmisión de la viruela del mono a
los seres humanos
Juan David Ramírez, profesor de la
Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario, explica que la
transmisión ocurre principalmente por medio del contacto con fluidos
corporales, lesiones cutáneas o gotitas respiratorias de animales infectados.
La viruela del simio puede infectar
una variedad taxonómicamente amplia de especies de mamíferos. Por ejemplo,
varios estudios epidemiológicos de la República Democrática del Congo han
implicado a las ardillas que habitan en áreas agrícolas como candidatas para
mantener la transmisión viral entre las personas en los asentamientos cercanos.
El modo clásico de transmisión de esta
infección se basa en la exposición a animales vivos o muertos por medio de la
caza o la manipulación de carne de monte. De hecho, desde la década de los
2000, ha habido un aumento en el número de casos de viruela del mono en todo el
mundo y brotes asociados con el contacto con roedores africanos vendidos como
mascotas.
Según el informe, uno de los factores
relacionados con el aumento paulatino de casos es el cese de la vacunación
rutinaria contra la viruela, que fue obligatoria hasta 1972 y se interrumpió
tras su erradicación en 1980.
Para los científicos del análisis, un
aspecto interesante del brote actual se relaciona con el hecho de que se sabe
que los grupos de enfermedades incluyen conjuntos de alto riesgo como hombres
que tienen relaciones sexuales con otros hombres. Sin embargo, se deben
continuar las investigaciones epidemiológicas para entender el origen y
dispersión de este brote.
Esto es importante desde el punto de
vista de la dinámica de la enfermedad por varias razones: primero, podría
explicar por qué a pesar de la transmisión relativamente ineficiente de la
viruela del mono, se notifican casos en una extensión geográfica tan amplia;
segundo, porque brinda evidencia sobre el contacto cercano como fuente
potencial de transmisión; y tercero, porque argumenta a favor de un posible
vínculo sexual para todos estos brotes.
Sintomatología
Según el análisis, las
manifestaciones clínicas de la viruela del mono se asemejan a las de la viruela
e incluyen características clínicas como fiebre, escalofríos, mialgia, dolor de
cabeza, letargo e inflamación de los ganglios linfáticos, seguidas de una
erupción cutánea, con un período de incubación que varía de 5 a 21 días.
No obstante, un diagnóstico
definitivo de la viruela del mono solo puede establecerse mediante pruebas de
laboratorio. Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
que las muestras óptimas para el diagnóstico incluyan el muestreo directo de
las lesiones: frotis de exudado de lesiones vesiculares o costras almacenados
en un medio de transporte seco, estéril, no viral y tubo de ensayo frío.
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