El concepto de humanización tiene una pluralidad de significados, hace referencia al abordaje integral del ser humano donde interactúan las dimensiones biológicas, psicológicas y conductuales mediante la búsqueda del bienestar propio y de los demás ante cualquier circunstancia. El término atención humanizada incluye seguridad del cuidado, trato cálido y justo, información oportuna, recursos humanos, cuidados individualizados y planificados, entre otros.
Por esa razón, humanizar el
servicio se ha convertido en un reto casi misional del campo médico y de otras
disciplinas como la enfermería, lo que para Clemencia Janeth Cuellar Nieto,
docente del programa de Enfermería de Areandina seccional Pereira, “la
humanización exige que participemos activamente en la creación de modelos de
atención centrados en el paciente y su familia; nosotros debemos participar
indiscutiblemente en la formación de un recurso humano de alto perfil para
garantizar una atención segura, humanizada y cálida, basada en el respeto a la
condición del usuario de los servicios de salud y de su familia, supliendo sus
necesidades, superando sus expectativas para garantizar la dignidad del
paciente como ser humano”.
En esa misma línea, el Ministerio de Salud y Protección
Social en el marco de la construcción del Plan Nacional de Mejoramiento de la
Calidad en Salud, viene desarrollando lineamientos para una Política Nacional
de Humanización de los Servicios de Salud que pretende generar e impulsar un
proceso de transformación de la cultura del sistema a partir del cambio de
comportamiento de las personas en las instituciones en todos los niveles de
atención.
Para la docente Cuellar, la premisa principal
se basa en considerar al paciente como una persona que sufre. “Cuando se
tiene un enfermo en casa se altera el ciclo vital y la dinámica familiar, con
necesidades tanto físicas como espirituales y amerita que sea atendido en todas
sus dimensiones. Él necesita ser amado, reconocido, escuchado, ayudado,
sentirse útil e importante, ser respetado y protegido”.
Y agrega: “Merece que las personas que
laboramos en el sector salud tengamos vocación de servicio y más allá de verlos
como como un caso clínico, con un conjunto de síntomas y dolencias, debemos
tratarlos como seres humanos de requieren de nuestra máxima atención, ayuda y
apoyo, para sobrellevar el dolor y frustración que ocasiona la enfermedad”,
comenta la académica.
Humanizar la salud se puede
cumplir mediante la palabra, la mirada, el tacto, todo aquello que ofrezca un
apoyo para el enfermo y a la familia. “Un apretón de manos, una sonrisa a
tiempo, el efecto sanador de una mirada, la presencia humana es invaluable e
insustituible, le hace bien al paciente y a los profesionales de la salud”,
concluye la experta.
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