Cada año, antes del 31
de enero, las personas vinculadas por medio de contrato laboral tienen derecho
a recibir un valor equivalente al 12% del salario devengado en el año anterior
(o proporcional al tiempo laborado) por concepto de Intereses de Cesantías.
Estos intereses a las cesantías
hacen parte de las llamadas prestaciones sociales, que corresponden a los beneficios
legales que los empleadores deben pagar adicional al salario de sus empleados y
que son conocidas como la prima de servicios (correspondiente a un salario al
año, pagado en dos periodos de forma semestral), las vacaciones
(correspondiente a medio salario al año, pagado una vez cumplida la anualidad
del contrato) y el auxilio de cesantía (correspondiente a un salario al año,
consignadas en un fondo de cesantías dependiendo del tipo de contrato laboral y
siempre al final de la relación laboral).
Así se calculan los
intereses
Del valor liquidado
por cesantías, se calcula el valor de los intereses a las cesantías, por medio
de la fórmula matemática: Días laborados X 0.12 x salario mensual /360.
Los intereses de cesantías
deberán ser pagados por el empleador en forma directa o consignadas a nombre de
sus colaboradores antes de finalizar el mes de enero. Así las cosas, por esos días los empleados recibirán
un ingreso laboral extra por este concepto, de los cuales se podría decir que
constituyen un ahorro realizado a lo largo del año anterior, muy apropiados
para para solventar los gastos que trae consigo el inicio de año.
¿Qué recomiendan los
expertos hacer con este dinero?
De acuerdo con Marcela
Salazar Londoño, directora del programa Contaduría Pública de Areandina seccional
Pereira, la mejor vía para destinar estos recursos es la de saldar deudas.
“Al enfrentar el
aumento inflacionario por el que atraviesa el país y ante el incremento en el
costo de vida, sería muy adecuado que el valor de los intereses de cesantías
fueran invertidos inicialmente como abono a créditos financieros y/o abonos a
saldos de tarjetas de crédito (teniendo en cuenta que el aumento en la
inflación puede implicar un aumento en las tasas de interés bancario), abono a
créditos educativos o de vehículos, pago de impuestos o seguros anuales o
cualquier pago relacionado con deudas que puedan incrementar su valor con el
tiempo”, afirma la directora.
Así mismo, destinar
este recurso extra como ahorro o fondo para imprevistos siempre será una buena
elección y en todo caso, deberá hacerse consiente del consumo en todo nivel
(sobre todo el de los gastos hormiga), en lo posible priorizando las
necesidades y absteniéndonos de realizar compras innecesarias.
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