Un aumento en los eventos climáticos
extremos de lluvias y temperatura específicamente para Colombia en la región
andina donde se viene teniendo eventos de precipitación intensos (aguaceros) y
un incremento en los periodos de sequía de cara al 2050, son los resultados que
se desprenden de la investigación titulada: (“Proyección de los eventos
climáticos en la región de América Latina y el Caribe hasta el 2050”)
publicada en la revista Earth Systems and Environment y en la que
participó UNISARC a través del profesor del área de Climatología, Cristian
Felipe Zuluaga.
¿Hacia dónde va el clima?
Se ha identificado que los eventos
extremos se están volviendo cada vez más frecuentes.
“Entonces, estamos viendo que el
clima realmente se está direccionando hacia un comportamiento muy extremo así
como tenemos periodos de lluvia, podemos tener periodos de sequía muy
prolongados. Cuando la lluvia llega, llegan los mismos volúmenes pero llegan
concentrados”. Cuando nosotros vamos y sumamos al año la precipitación, vemos
que está cambiando de una manera muy preocupante”, así lo ha venido
manifestando el docente Cristian Felipe Zuluaga.
“Tuvimos una primera semana de mayo
seguramente caliente en todo el país. Muy seca y ahora que llegaron las lluvias
llegaron de manera torrencial, todas acumuladas con unas altas intensidades.
Hemos encontrado que en el departamento particularmente está pasando eso, las
lluvias en volumen continúan siendo las mismas; pero las distribuciones están
cambiando; eso obviamente nos debe alertar frente a todas las prácticas
agrícolas, calendarios de siembra, práctica de fertilización, de aplicación de
pesticidas, de diferentes productos inclusive; para la protección de las plantas,
porque hay volúmenes tan altos, que está generando una erosión y una pérdida
alta del suelo”.
¿Qué ha pasado con los suelos de
Risaralda?
Comentó el profesor que su colega de
suelos de Unisarc, le explicó que el año pasado Risaralda estuvo ocupando el
segundo ranking de pérdida de área productiva en todo el país y se perdieron
aproximadamente el 18 y 20 por ciento del área productiva por eventos de
precipitación alta.
Otro aspecto importante es que se ha
encontrado un aumento de lo que se conocen como los días cálidos y en
meteorología, se refiere a que cada vez las temperaturas están alcanzando
registros más altos.
“Específicamente en Santa Rosa ya
estamos viendo de manera más frecuente que estamos llegando a temperaturas de
29 y 30 grados que hace una década no se presentaban en Santa Rosa”.
¿Qué hacer frente a todos estos
fenómenos?
Lo primero, según el profesor, es
entender realmente ¿qué está pasando con el clima?
Necesitamos sentar esa base de
conocimientos a ver cómo está cambiando y hacia dónde está apuntando para poder
ejercer una planeación.
“Es importante por ejemplo, proponer
una nueva zonificación climática de Risaralda, es a partir de todo el nuevo
comportamiento de esas variables de clima y de suelos que estamos identificando
cuáles son los mejores lugares para cada cultivo de acuerdo con la tolerancia
que cada uno tenga en términos de temperatura y precipitación.
“Esperamos que en los próximos meses
salgan los resultados de un estudio para proponer nuevos calendarios, es decir,
a partir de todo los nuevos modelos de pronóstico y los indicios que tenemos de
cómo se va a comportar el clima, queremos proponer nuevos calendarios de
siembra, de labores culturales, como primera medida de adaptación”.
También se está trabajando en cómo se
pueden implementar diferentes esquemas de drenaje para cuando se tengan lluvias
excesivas; de cuáles serían los mejores métodos de drenaje para nuestra región
que es muy montañosa.
Por otro lado, también se necesita
empezar a incorporar la práctica de tener reservas de agua, empezar a reservar
en los momentos donde se tengan ciertas cantidades. Hoy cerca del 70% del
agua que se utiliza en las prácticas agrícolas es dulce y esto en cualquier
momento empezará también a ser un problema.
¿Hay algunos cultivos más afectados
que otros?
Por primera vez se tuvo el reporte de
que el aguacate que venía en un crecimiento exponencial en el país por primera
vez el año pasado presentó una contracción en su crecimiento, mostró pérdidas
de casi 13% debido a que se perdieron varias áreas productivas por los excesos
de agua, por malas prácticas de drenaje y obviamente también, por lluvias muy
intensas y de volúmenes muy altos.
El profesor explicó que tuvimos tres
años consecutivos con el fenómeno de la niña y el aguacate que venía a ocupar
un renglón económico trascendental para nuestra región, mostró ya una pérdida
también considerable debido a factores climáticos.
“En el caso del café, ha tenido una
aceleración muy brusca en la floración y maduración, también hubo
pérdidas importantes y algunos productores más pequeños como los cultivadores
de mora han reportado pérdidas importantes por los excesos de lluvia.
La academia
Para el docente de UNISARC, Cristian
Felipe Zuluaga, “la importancia de la academia es fundamental en el
entendimiento, en el estudio y en toda las bases físicas que nos permitan
sentar una base para poder ejercer todos los planes de mitigación y adaptación.
“En el caso específico de mi papel desde la docencia, es comprender cómo estos
hallazgos van afectar la agricultura y particularmente la producción agrícola
de nuestra región”, señaló.
Finalmente el
profesor indicó que es necesario que la academia, el sector privado y público
trabajen en proyectos comunes para lograr mitigar los nuevos impactos
climáticos y adaptarnos a los cambios que cada vez llaman con más fuerza
nuestra atención.
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