Para lograr una meta, el ser humano debe luchar con voluntad y persistencia; para eso se necesita que tenga sueños e ideales, pues son los que marcan el rumbo y le dan sentido a su existencia. La situación que está viviendo la humanidad a nivel global es de incertidumbre, especialmente, en lo que va recorrido de la pandemia, que no ha hecho una cosa distinta a incrementar los niveles de insatisfacción, reflejados en indicadores como el aumento de la depresión, la ansiedad, los trastornos de estrés postraumáticos, el suicidio y el la violencia interpersonal. Se han realizado estudios para medir el impacto que ha tenido la pandemia y para hacer las proyecciones de la pospandemia en la salud mental de la población, y los resultados que se han encontrado son francamente alarmantes. Todos estos trabajos coinciden en que la salud mental se ha deteriorado de manera importante.
Algunos investigadores de los fenómenos sociales planteaban que la
pandemia iba a provocar un cambio muy positivo en las personas y las
comunidades, porque al verse enfrentadas a una situación que amenazaba la vida
del individuo, de la familia y de la sociedad en general, daría como resultado
que se produjera una mayor fraternidad, solidaridad y unidad, para de esta
manera enfrentar el reto de la enfermedad. Pero, ¿qué es lo que realmente se ha
observado? Que hay una brecha aún mayor en las desigualdades entre las clases
sociales, lo que ha derivado en capas de población cada vez más numerosas que
no cuentan con los elementos básicos que les permitan subsistir en condiciones
de dignidad, esto es, con alimentación adecuada, salud, educación y
oportunidades laborales y recreacionales. La insolidaridad entre naciones, que
de manera inaceptable se clasifican como ricas y pobres, muestra un panorama
desolador cuando se pretende llegar a lo que se ha denominado inmunidad global
para superar la pandemia.
Según los últimos datos
suministrados por el portal Our World in Data, de los 4373 millones de
vacunados en el mundo al día de hoy, en Europa se han inoculado con al menos
una dosis 132.9 personas de cada
100 habitantes, mientras que en África ¡solo
lo han hecho 17.6! Hay países en este último
continente que ni siquiera se ha llegado al 1 % de la población vacunada. El
egoísmo y la falta de altruismo son los grandes obstáculos que debe enfrentar y superar el mundo actual, que se jacta de ser globalizado; sin embargo, cuando la tecnología y el conocimiento se
producen para beneficio de unos pocos en detrimento de la gran mayoría, no se
está cumpliendo el propósito de que toda invención humana es para el beneficio
del colectivo y no para el disfrute de unos en detrimento de la gran mayoría. www.urielescobar.com.co
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