El dolor es inevitable y el
sufrimiento es opcional. Esta sentencia es atribuida desde hace miles de años
al Buda; la distinción se basa fundamentalmente en que todo ser vivo (incluido
el humano) está expuesto a sentir dolor cuando es lastimado físicamente por
factores intrínsecos o externos, mientras que el sufrimiento es la experiencia
subjetiva de un malestar mental o emocional que surge de las consideraciones
del sujeto con respecto a su forma de ser o estar en el mundo. De hecho, uno de
los propósitos principales de la doctrina budista es superar el sufrimiento
humano mediante los lineamientos del noble óctuple sendero. Según la
Organización Mundial de la Salud, OMS, la depresión aqueja a cada vez más
personas en el mundo; esta entidad la considera como la primera causa de
morbilidad (enfermedad) a nivel global. Veamos algunos datos: el 5 % de los
adultos en el mundo padecen este trastorno (lo que corresponde aproximadamente
a 280 millones de personas); se presenta en el 4 % de los hombres y en el 6 %
de las mujeres y es la principal causa de suicidio en más de 700 000 personas
al año cuando no se hace el tratamiento adecuado.
La depresión no es un síntoma de
debilidad de quien la padece, tampoco es una herramienta de manipulación y
mucho menos se da porque “la persona no pone de su parte para superarla”, como
aún se sigue considerando en grandes franjas de población. ¡No! Se trata de un
problema que afecta la salud mental y que, afortunadamente, puede detectarse
por las características de las personas que la padecen: tristeza, falta de
motivación, pérdida de interés por todas las actividades, alteraciones del
sueño y el apetito y, por supuesto, un profundo sufrimiento y deseos de muerte.
Las principales causas para enfermar de depresión son factores genéticos,
biológicos, psicológicos y sociales o medioambientales. Actualmente, hay
tratamientos eficaces para superar este trastorno y evitar el sufrimiento que
trae consigo; los más aconsejables son la psicoterapia, la farmacoterapia
(cuando es necesaria) y el apoyo grupal y familiar. A pesar de toda la
información disponible, la OMS en sus estudios globales ha encontrado unas
cifras preocupantes: ¡el 75 % de las personas con depresión en los países de ingreso
bajo y medio no reciben ningún tipo de atención!
Para sensibilizar y concientizar
a la comunidad global sobre la importancia de conocer y recibir el apoyo
adecuado cuando se sufre este trastorno, la OMS institucionalizó el 13 de enero
de cada año como el Día Mundial de Lucha contra la Depresión. Sea esta la
ocasión para que se debata abiertamente sobre esta condición que ha sido
estigmatizada por gran parte de la sociedad y que, por esa razón, genera en los
afectados vergüenza, negación de los síntomas y temor a pedir ayuda
profesional. Estar deprimido es una situación que puede afectar a cualquier
persona en algún momento de su ciclo vital; se requiere ayudar y no discriminar
por ningún motivo a quien esté viviendo tal trance en su vida. ¡Unidos seremos
más fuertes para enfrentar este flagelo de la civilización actual! www.urielescobar.com.co
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