La aparición de la gripe aviar, un virus mortal, ha arrojado luz sobre la rápida y amplia transmisión de agentes patógenos de enfermedades facilitada por el transporte de animales.
El transporte de ganado está en el
punto de mira tras un reciente artículo de The New York Times en
el que se destaca su papel crucial en la propagación de virus de alta
mortalidad con potencial pandémico.
Expertos de la Universidad Estatal de Colorado, la Facultad de Derecho de
Harvard, el University College de Londres y la Universidad de la Ciudad de Hong
Kong explicaron la conexión entre el transporte de ganado y el actual brote de H5N1 entre
las vacas de Estados Unidos.
"El proceso de transporte del
ganado implica a menudo el confinamiento de los animales en espacios estrechos
y mal ventilados, lo que crea condiciones ideales para la transmisión de
enfermedades. Las modernas prácticas agrícolas actuales comprometen el bienestar
de los animales y crean un terreno fértil para la propagación de
enfermedades", afirma Lyda Durango, Directora Nacional de Sinergia Animal.
Caso de estudio:
gripe aviar en vacas lecheras estadounidenses
Desde marzo se ha confirmado el brote
de gripe aviar H5N1 en 51 granjas lecheras de
nueve estados de EE.UU., con al menos un trabajador lechero infectado por
el virus. El origen de esta propagación entre las vacas se remonta a
un episodio singular de contagio de
aves silvestres al ganado en el panhandle de Texas el año pasado. En un breve
lapso de tiempo, el virus recorrió largas distancias, llegando a granjas de
Idaho, Carolina del Norte y Michigan, lo que ilustra la capacidad de
transmisión del transporte de ganado.
Según la Organización Mundial de la Salud,
el virus H5N1 infectó a más de 800 personas entre 2003 y 2024, con una tasa de
mortalidad superior al 50%.
"Tenemos que empezar a integrar la sanidad animal y la salud humana para
reducir la propagación de patógenos peligrosos como el H5N1. Dado que la
gestión de estos brotes es extremadamente difícil, hay que centrarse en
prevenirlos antes de que sea demasiado tarde", explica Durango.
La ganadería
industrial y sus riesgos
Las instalaciones para ganadería
industrial suelen ser especializadas, y cada centro se enfoca en fases de
producción específicas, como la cría o el engorde, antes de enviar a los
animales a otro lugar. Esta especialización exige un amplio movimiento de
animales, lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades. En un estudio realizado
por el USDA, los investigadores descubrieron que el 12% de los pollos
sacrificados en granjas albergan la bacteria Campylobacter, una
causa común de enfermedades transmitidas por los alimentos. Sorprendentemente,
después del transporte, esta cifra se disparó hasta el 56%.
Numerosos informes indican que el
transporte supone una pesada carga física para los animales. El sistema
inmunitario de las vacas suele verse comprometido,
lo que las hace más susceptibles a la enfermedad respiratoria bovina,
coloquialmente conocida como «fiebre del transporte». Los cerdos son objeto de
especial preocupación porque pueden infectarse simultáneamente
por varios tipos de gripe, lo que permite que distintas cepas
intercambien material genético y creen nuevos virus.
Los animales de granja también pueden
propagar agentes patógenos a lo largo de las rutas de transporte, aumentando
los riesgos para el ser humano. Un estudio realizado
por Johns Hopkins e investigadores de Baltimore descubrió que las bacterias
causantes de enfermedades, incluidas las cepas resistentes a los antibióticos,
se liberaron de los camiones de aves de corral en movimiento a los coches que
iban detrás. Los animales infectados también pueden desencadenar brotes en sus
lugares de destino, como las subastas de ganado, donde suele haber muchos
animales viejos, enfermos o indeseables para el suministro comercial de
alimentos.
A escala del transporte mundial, el
comercio internacional de cerdos ha contribuido a la aparición de nuevas cepas más virulentas del virus
de la gripe porcina. Este virus se considera la primera pandemia del
siglo XXI, ya que ha costado la vida de cientos de miles de personas. Este
comercio mundial de cerdos también propaga bacterias nocivas, como el Streptococcus suis, que pueden afectar a
cerdos y humanos.
"Los consumidores deberían
preocuparse por el modo en que se crían y transportan los animales, no sólo
porque son seres sensibles capaces de sufrir, sino también porque su bienestar
y su salud repercuten en nuestra seguridad. Muchos patógenos del ganado, como
la gripe aviar, son zoonóticos; es decir, pueden transmitirse de los animales a
las personas. Los brotes grandes y prolongados en el ganado aumentan la
probabilidad de exposición humana a animales infectados o a productos
alimentarios contaminados, lo que ofrece más oportunidades para que los
patógenos evolucionen", comenta Durango.
Petición por una
mejor regulación y menos ganadería industrial
A pesar del papel
fundamental que desempeña el transporte en la propagación de patógenos, las
medidas reguladoras siguen siendo limitadas. Las leyes federales que rigen el
transporte de ganado en EE.UU., obsoletas y mal aplicadas,
subrayan la urgencia de reformas integrales. Los países europeos han sido
pioneros en la mejora de la normativa, incluidos los
sistemas obligatorios de seguimiento del ganado, sentando un precedente para
las normas mundiales.
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