El circo está montado sobre
4 pistas.
En una, muestran animales que semejan la
irracionalidad de la política y sacan muñecos de caucho para condenar mundos
inciertos. “Tapados” con el mismo silencio de los políticos que aplauden dentro
del mismo sainete. Una tarea mal hecha por quienes deben hacer control político
dentro de los límites de la función. Debieron llevar el perezoso para que le
quiten las cobijas a la dueña del mundo animal. Sin máscara para que actúe
mejor.
En la dos, al gobernante
seccional le dan plata pero a la vez le recortan las facultades para contratar.
Nadie confirma a estas alturas qué es lo que quiere el mandatario que parece
sigue en campaña de la mano de su guía espiritual.
En la tercera, el Congreso
se hace el loco y considera que el manicomio queda más allá de las traiciones
partidistas y de la desgracia, la desconfianza,
creada en una escena poco gratificante.
La cuarta, es más grande y
la pista central: la propia crisis institucional de los partidos políticos. Hay campaña pero
nadie le cree a los políticos – precandidatos. Ni en zancos se ven altos. Toda
una comedia con malabaristas que si bien entretienen, no hacen pensar…ni reir.
¡Toda una comedia!
Hay una preocupante y
peligrosa fragilidad política al frente.
Conclusiones:
-Mucho candidato sin
brújula. No hay política sino odios esparcidos. No aparecen ideas pero sí los resentimientos de quienes apenas
son actores sin maquillaje en ese cascarón de partidos sin encanto.
-Muchos creen que Santos,
hunde. Tratan de desmarcarse de él,
artífice de ese proyecto que muchos compraron y nadie quiere pagar hoy por arte
de la ingratitud y de los escasos aplausos. Se les olvidó a muchos que la paz
es el discurso. Ante la ausencia de ideas: ¡polarización!
-Cada quien sigue buscando
dentro del rezago de institucionalidad de los partidos, su propio columpio.
Necesitan malabaristas, pesados contorsionistas y luces de bengala.
- Todo el circo
convulsionado y sin saber cuánto dura la
función para comprar boleto: parecen asustados con la piel del tigre. Es una
partitura inconclusa que genera mayor desconfianza. Lamentable y grotesco que a
menos de un año de procesos electorales, nadie sabe en cuál de las cuatro
pistas, se mete el domador a modo de ciudadano espantado por los peligros
mismos en que vive la selva democrática. La ciber política es cosmétic
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