En un país que navega en la confusión y en donde el
liderazgo es muy escaso, lo que faltaba para que todo terminara por
descomponerse era que quien ejerce ese liderazgo, y de manera apasionada sobre
la mitad de los colombianos metiera las de caminar y ,abusando del libertinaje
que dan las redes sociales, saliera a afirmar que el periodista mas
representativo del caduco,y a veces muy detestado humor santafereño es un
violador de niños.
El lio entre el expresidente Uribe, embargado de
ira paisa, y el periodista Samper nunca debió haber sucedido así el
columnista hubiese tocado las fibras de la antioqueñeidad y humillado
cual popayanejo miserable a la criatura recién nacida de una senadora. Y no
debió haber sucedido porque el expresidente pudo haber dicho que Samper era “
violador de los DERECHOS de los niños”, que es muy distinto al de ser
únicamente“ violador de niños”. Pero como no lo dijo, porque era por
tuiter, y no tenía espacio para recordar las razones motivadoras de su
ira dañina, el asunto hace quedar muy mal al expresidente y obliga a olvidar el
recorrido antiprovinciano y anticatólico de que ha hecho gala el periodista
Samper.
El que Uribe tenga en su memoria que desde cuando Samper
dirigía SOHO,las criaturas salieron desnudas disputando el fervor sexual de
unos modelos mal vestidos con sotanas y el cuadro de la última cena fue
parodiado pornográficamente, no autorizaba a Uribe ni a nadie para llamarlo
violador de niños.Pero como diría mi coterráneo Absalón, una cosa es una cosa y
otra cosa es otra cosa. Ambos se han exagerado. Mas como Uribe es figura
pública y Samper es solo periodista con apellido, el ofensor termina siendo
lógica y peligrosamente el expresidente.
@eljodario
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