| Luego de que este jueves en la ciudad de Guadalajara de Buga se
      presentará un incidente por incendio en el predio Tiacuante, cercano al
      barrio Paloblanco, profesionales de la Dirección Ambiental Regional
      Centro Sur de la CVC acudieron al lugar para verificar las posibles
      causas y daños ambientales.    Según lo expresado por los funcionarios de la Corporación en la
      visita se pudo confirmar que en el área había presencia de escombros y
      vegetación en diferentes estados de desarrollo como: arbustos, rastrojos
      y algunos árboles de la especie leucaena, que fueron afectados por la
      conflagración.     Ante esto, se activó el protocolo establecido por el Comité de
      Gestión del Riesgo de Desastres de Buga, quien reportó de forma inmediata
      al Cuerpo de Bomberos Voluntarios para la atención de la emergencia.   Respecto a la contaminación atmosférica, es importante recordar
      que la Corporación cuenta en el municipio de Buga con su sistema de
      vigilancia de la calidad del aire, dentro del cual se tienen dos
      estaciones automáticas de monitoreo en la zona urbana de la localidad,
      con lo cual se esperan los resultados de este monitoreo y determinar así,
      el impacto en el recurso aire.   Por lo anterior, la Corporación adelantará la investigación para
      determinar los responsables y el impacto ambiental, e imponer las medidas
      sancionatorias respectivas.   Síganos en Twitter @CvcAmbiental, en Facebook CVCambiental y en
      nuestros canales youtube.com/informativocvc o youtube.com/cuentosverdes y
      en Instagram como cvc-ambiental     Proyectó: Idaly Herrera, Comunicaciones CVC. Tel 2379510 Ext. 2427 Revisó: Francisco Vidal     LA MENTE
      ENFERMA AL CUERPO Uriel Escobar Barrios, M.D.   Lo que sucede en la mente
      tiene repercusiones en el cuerpo físico y viceversa: las manifestaciones
      somáticas influyen en el estado psicológico. La unión de estas dos
      instancias (cuerpo/mente) no es una concepción que haya resultado de investigaciones
      recientes de las neurociencias o de la mecánica cuántica, sino que ha
      sido planteada desde la más remota antigüedad por filósofos, credos
      religiosos y hasta por el incipiente origen de la medicina occidental,
      como lo esbozaba a quien se le considera el padre de esta rama del
      conocimiento: Hipócrates de Cos (460 – 370 a.C.). Ya en esa época,
      Hipócrates consideraba la enfermedad como la consecuencia de un
      desequilibrio entre los humores del cuerpo, y para combatirla había que
      recurrir al bisturí, al uso de plantas medicinales, al aire puro y a una
      alimentación sana y equilibrada. Todas estas acciones conjuntas estaban
      respaldadas por una frase que repetía a sus estudiantes y que debe ser
      piedra angular de toda intervención médica: “La fuerza natural dentro de cada
      uno de nosotros es el mayor sanador de todos”. Los nuevos enfoques de la
      medicina han puesto en el primer lugar del proceso de tratamiento a los
      conceptos mencionados.   Hace algunos días tuve la
      oportunidad de atender en la consulta a Paula, una mujer de 55 años, quien
      me comentó que era portadora de un milagro, de una situación inexplicable.
      Su caso lo relató de la siguiente manera: “Hace 10 años comencé a
      presentar una serie de síntomas caracterizados por dolor en todo el
      cuerpo, en especial jaquecas y problemas de colon (estreñimiento), además,
      problemas para dormir y deseos de no seguir viviendo. Después de haberme
      realizado todos los exámenes me diagnosticaron fibromialgia (trastorno
      caracterizado por dolor muscular generalizado que se acompaña de fatiga,
      síndrome de colon irritable, problemas de sueño, memoria, ansiedad y
      depresión). A partir de este momento ‘comenzó Cristo a padecer’, porque
      me formularon medicamentos para cada uno de los síntomas, de tal manera
      que parecía una farmacia ambulante. Hace un año, después de escucharme,
      me dijo que si yo resolvía los problemas con mi esposo (era un infierno
      la convivencia con él), me mejoraría de la mayoría de esos síntomas. En
      ese entonces no le creí y decidí no volver a consulta”.    Ella continuó: “El 5 de
      agosto del 2023, con la ayuda de las autoridades saqué a mi exesposo de
      casa, y un mes después estaba sin dolor, el colon funcionaba divinamente
      y domía como una bebé. Actualmente no estoy tomando medicamento y no lo
      necesito; solo pedí esta consulta para preguntarle: ¿fue un milagro mi
      curación?”. Mi respuesta fue muy simple: “Los milagros, claro que existen;
      pero en su caso, el sufrimiento a causa del infierno emocional que estaba
      viviendo era, en gran parte, responsable de muchos de sus síntomas
      físicos y psicológicos, porque hay un descubrimiento revolucionario por
      parte de los nuevos enfoques de la medicina: la mente y el cuerpo
      funcionan como una unidad, y la mente puede contribuir a enfermar o a  sanar al cuerpo y al ser en su totalidad”.
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