Luego de que este jueves en la ciudad de Guadalajara de Buga se
presentará un incidente por incendio en el predio Tiacuante, cercano al
barrio Paloblanco, profesionales de la Dirección Ambiental Regional
Centro Sur de la CVC acudieron al lugar para verificar las posibles
causas y daños ambientales.
Según lo expresado por los funcionarios de la Corporación en la
visita se pudo confirmar que en el área había presencia de escombros y
vegetación en diferentes estados de desarrollo como: arbustos, rastrojos
y algunos árboles de la especie leucaena, que fueron afectados por la
conflagración.
Ante esto, se activó el protocolo establecido por el Comité de
Gestión del Riesgo de Desastres de Buga, quien reportó de forma inmediata
al Cuerpo de Bomberos Voluntarios para la atención de la emergencia.
Respecto a la contaminación atmosférica, es importante recordar
que la Corporación cuenta en el municipio de Buga con su sistema de
vigilancia de la calidad del aire, dentro del cual se tienen dos
estaciones automáticas de monitoreo en la zona urbana de la localidad,
con lo cual se esperan los resultados de este monitoreo y determinar así,
el impacto en el recurso aire.
Por lo anterior, la Corporación adelantará la investigación para
determinar los responsables y el impacto ambiental, e imponer las medidas
sancionatorias respectivas.
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Proyectó: Idaly Herrera, Comunicaciones CVC. Tel 2379510 Ext. 2427
Revisó: Francisco Vidal
LA MENTE
ENFERMA AL CUERPO
Uriel Escobar Barrios, M.D.
Lo que sucede en la mente
tiene repercusiones en el cuerpo físico y viceversa: las manifestaciones
somáticas influyen en el estado psicológico. La unión de estas dos
instancias (cuerpo/mente) no es una concepción que haya resultado de investigaciones
recientes de las neurociencias o de la mecánica cuántica, sino que ha
sido planteada desde la más remota antigüedad por filósofos, credos
religiosos y hasta por el incipiente origen de la medicina occidental,
como lo esbozaba a quien se le considera el padre de esta rama del
conocimiento: Hipócrates de Cos (460 – 370 a.C.). Ya en esa época,
Hipócrates consideraba la enfermedad como la consecuencia de un
desequilibrio entre los humores del cuerpo, y para combatirla había que
recurrir al bisturí, al uso de plantas medicinales, al aire puro y a una
alimentación sana y equilibrada. Todas estas acciones conjuntas estaban
respaldadas por una frase que repetía a sus estudiantes y que debe ser
piedra angular de toda intervención médica: “La fuerza natural dentro de cada
uno de nosotros es el mayor sanador de todos”. Los nuevos enfoques de la
medicina han puesto en el primer lugar del proceso de tratamiento a los
conceptos mencionados.
Hace algunos días tuve la
oportunidad de atender en la consulta a Paula, una mujer de 55 años, quien
me comentó que era portadora de un milagro, de una situación inexplicable.
Su caso lo relató de la siguiente manera: “Hace 10 años comencé a
presentar una serie de síntomas caracterizados por dolor en todo el
cuerpo, en especial jaquecas y problemas de colon (estreñimiento), además,
problemas para dormir y deseos de no seguir viviendo. Después de haberme
realizado todos los exámenes me diagnosticaron fibromialgia (trastorno
caracterizado por dolor muscular generalizado que se acompaña de fatiga,
síndrome de colon irritable, problemas de sueño, memoria, ansiedad y
depresión). A partir de este momento ‘comenzó Cristo a padecer’, porque
me formularon medicamentos para cada uno de los síntomas, de tal manera
que parecía una farmacia ambulante. Hace un año, después de escucharme,
me dijo que si yo resolvía los problemas con mi esposo (era un infierno
la convivencia con él), me mejoraría de la mayoría de esos síntomas. En
ese entonces no le creí y decidí no volver a consulta”.
Ella continuó: “El 5 de
agosto del 2023, con la ayuda de las autoridades saqué a mi exesposo de
casa, y un mes después estaba sin dolor, el colon funcionaba divinamente
y domía como una bebé. Actualmente no estoy tomando medicamento y no lo
necesito; solo pedí esta consulta para preguntarle: ¿fue un milagro mi
curación?”. Mi respuesta fue muy simple: “Los milagros, claro que existen;
pero en su caso, el sufrimiento a causa del infierno emocional que estaba
viviendo era, en gran parte, responsable de muchos de sus síntomas
físicos y psicológicos, porque hay un descubrimiento revolucionario por
parte de los nuevos enfoques de la medicina: la mente y el cuerpo
funcionan como una unidad, y la mente puede contribuir a enfermar o a sanar al cuerpo y al ser en su totalidad”.
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