Expertos que
participaron en el III Congreso Internacional de la Red Internacional de
Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) que organizó la Universidad del Rosario
y Colsubsidio advierten sobre el impacto de las pantallas en la infancia.
- “No somos
nativos digitales, somos nativos vinculantes”: llamado a recuperar el contacto
humano en la era tecnológica. La educación emocional es la herramienta para
enfrentar la ansiedad, depresión y violencia en la era digital.
Bogotá,
septiembre 3-El uso desmedido de pantallas en la infancia y
adolescencia está afectando la conexión humana y limitando el desarrollo
emocional saludable de niños y jóvenes. Recuperar el tiempo de juego, el
contacto directo y la convivencia familiar son puntos clave para su bienestar.
Esta fue una
de las conclusiones de los psicólogos, sociólogos y expertos en educación que
participaron en el III Congreso Internacional de la Red Internacional de
Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), que organizaron la Universidad del
Rosario y Colsubsidio, quienes indicaron que la educación emocional desde la
primera infancia hasta la adultez es un componente vital en el desarrollo del
ser humano.
La
hiperconexión tecnológica presenta una amenaza para el bienestar de los jóvenes
en la actualidad, dañando los vínculos afectivos, incrementando la ansiedad y
la depresión durante la infancia y adolescencia. En esto coincidieron Rafa
Guerrero, doctor en Educación y experto en psicología educativa; Juana Morales,
psicóloga e instructora de Conscious Discipline; Ana Rita Russo, doctora en
filosofía y ciencias de la educación y Gabriel Velázquez, sociólogo y coach
ontológico en inteligencia emocional, al participar en un panel del evento.
Uso excesivo
de la tecnología
Los expertos
hicieron un llamado a padres y educadores a intervenir en el contacto de los
menores con las pantallas y recuperar el vínculo humano como necesidad básica
en la formación de las futuras generaciones.
Al analizar
los riesgos del uso excesivo de tecnología en la formación de niños y
adolescentes, Juana Morales abordó el tema desde la primera infancia, una etapa
crítica en la configuración de las relaciones afectivas y el desarrollo de la
autorregulación emocional. Indicó que el uso masivo de pantallas y la conexión,
cada vez más cercana, de los niños pequeños con la tecnología, está
interrumpiendo estos procesos y generando complejos que se manifiestan en la
adultez.
Advirtió que
los padres son conscientes de los riesgos que conlleva exponer a los infantes a
este tipo de estímulos, pero no toman acciones concretas para evitar que esto
suceda.
Los niños de
0 a 8 años pasan en promedio 2 horas y 40 minutos al día frente a pantallas,
según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Para OMS, los
infantes menores a 2 años no deberían tener acceso a este tipo de dispositivos
electrónicos, ya que en esta etapa de formación el cerebro recibe estímulos
directos como el contacto visual y la interacción verbal.
Rafa
Guerrero indicó que actualmente hay una creciente percepción de que las
personas, generalmente nacidas a partir de los años 90, vienen “programadas”
para la tecnología y son, por ende, nativos digitales. El psicólogo recalcó que
esta afirmación es errónea, pues los seres humanos nacen en predisposición al
apego y el cerebro no ha cambiado en ese aspecto en 40.000 años. “No somos
nativos digitales, somos nativos vinculantes. Nacemos con predisposición al
apego, no a la tecnología. Necesitamos vínculo, contacto y protección”, señaló.
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