Aunque todos los gobernadores solicitaron al nuevo
director del Dane que corrigiera la reglamentación mediante la cual se calcula
y fija el indicador para liquidar los distintos impuestos que deben pagar los
licores y,en alguna parte del berenjenal que es este gobierno, se dijo que se
haría una nueva reglamentación, ella no se realizó y, lo que es peor, se adoptó
una cifra desproporcionada para fijar el indicador. Por esa sola razón,(
desidia o venganza), los aguardientes y rones que se fabrican y expenden
en el país se vieron en la necesidad de subir sus precios de venta al público
entre un 20 y un 50 %, espantando con ello a los clientes consumidores de
bebidas alcohólicas tradicionales y bombardeando con cargas de profundidad las
rentas de los departamentos.
LA FALTA DE HUMOR DEL SENADOR MEJIA
El senador Carlos Felipe Mejía ha demostrado por
estos días no solo su absoluta falta de humor sino una radiografía veloz del
deseo ultradrechista de un sector del uribismo de usar la censura hasta contra
las fiestas más famosas y cargadas centenariamente de humor como los carnavales
de Pasto. En una absurda batalla por tuiter el candidato a ser el Bolsonaro
colombiano ha criticado duramente que, en el desfile de las carrozas y muñecos
de año viejo en la capital de Nariño,un alto porcentaje de los muñecos que se
quemaron en la noche vieja hubiese hecho referencia al presidente Duque y a sus
actuaciones con o sin el favor del expresidente Alvaro Uribe Vélez. Negándose
torciteramente a la realidad de un país aporreado por las medidas contra la
clase media y los asalariados ,el senador Mejía consideró un afrenta
imperdonable burlarse de las medidas que la miserable reforma tributaria
precipitó. En otras palabras, el congresista caldense nos ha advertido a todos
que ha quedado prohibido usar el humor y la sátira para referirse al primer
mandatario y a su jefe el senador Uribe Vélez.
A LA LINEA LE VAN A METER 600 MIL
MILLONES MÁS
El tiempo es el mejor juez de la historia. Hace
unos años, el viejo constructor Carlos Collins fue puesto en la picota pública
porque dijo que no podía terminar el túnel de La Línea sin una adición de 200
mil millones ( diferencia exacta con la cual él se había ganado en una
discutida licitación el honor de construir el mitológico túnel). Finalmente
no le adicionaron nada, le cancelaron el contrato y se abrieron nuevas
licitaciones. Al comenzar el año 2019 se ha sabido que los futuros
ganadores de la nueva licitación han conseguido que para terminar
las mismas obras de que hablaba Collins, se inviertan por parte del
estado un poco más de 600 mil millones. La historia preguntará si Collins tenía
o no razón.
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