- Así lo
indica una investigación de la Universidad del Rosario y el Servicio Forestal
del USDA que se realizó en Puerto Carreño, una de las ciudades más calurosas de
Colombia, en donde la temperatura puede superar fácilmente los 35 °C.
- Según el
estudio los bosques urbanos han demostrado ser una herramienta clave para
mitigar el calor extremo y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
- El
análisis refuerza la importancia de integrar soluciones basadas en la
naturaleza dentro de la planificación urbana, especialmente en ciudades con
climas extremos.
Bogotá-. La presencia de árboles en entornos urbanos puede disminuir
significativamente la temperatura ambiente en ciudades y municipios, reduciendo
hasta en 8,7 °C los niveles de calor extremo y atenuando la sensación térmica
durante los momentos más cálidos del día.
Así lo
revela un estudio de investigadores de la Universidad del Rosario, en
colaboración con un experto del Servicio Forestal del USDA en Estados Unidos,
que se realizó en una de las ciudades más calurosas de Colombia: Puerto
Carreño, capital del departamento de Vichada, en donde la temperatura puede
superar fácilmente los 35 °C.
“Los bosques
urbanos han demostrado ser una herramienta clave para mitigar el calor extremo
y mejorar la calidad de vida de sus habitantes”, dijo Benjamín Quesada,
director del Programa Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario
y uno de los autores del estudio que publicó la revista Urban Climate.
Los investigadores
llevaron a cabo un monitoreo horario de temperatura y humedad durante seis
meses, evaluando el impacto de la cobertura de árboles en distintos puntos de
Puerto Carreño. Los resultados mostraron que las áreas sombreadas por árboles
no solo presentan temperaturas más bajas, sino que también reducen hasta diez
veces la sensación de calor extremo experimentada por los habitantes.
"En
ciudades como Puerto Carreño la presencia de bosques urbanos representa una
solución natural para amortiguar los efectos del calor extremo, potencialmente
letal", indica Quesada, al explicar que "nos sorprendió establecer
que el enfriamiento que aportan los árboles tropicales es exponencial con la
temperatura del ambiente: a 35°C es de 2°C de enfriamiento, pero a 44°C,
durante un calor extremo, es de casi 9°C".
El estudio
abarcó ocho sitios distintos dentro del municipio de Puerto Carreño, los cuales
incluían barrios urbanos con diferentes tipos de cobertura del suelo, como
zonas con árboles, áreas de pastizales y terrenos sin vegetación. Para
garantizar la precisión de los resultados, se instalaron sensores de
temperatura y humedad tanto en espacios abiertos y expuestos al sol, como en
áreas protegidas por la sombra de los árboles.
Además del
análisis de datos climáticos, el equipo de investigación aplicó encuestas a los
habitantes para conocer su percepción sobre los efectos de la vegetación en la
temperatura y su bienestar diario. "La mayoría de los encuestados
reconocen que los árboles hacen que la ciudad sea más fresca y que su presencia
es importante para la regulación del clima local", comenta Diana Giraldo,
investigadora que lideró el estudio y egresada de la Maestría en Ciencias
Naturales de la Universidad del Rosario.
"Esto resalta
la importancia de preservar y expandir los espacios verdes en entornos urbanos,
especialmente en regiones tropicales donde el cambio climático intensificará
las olas de calor en el futuro", señala Giraldo.
Beneficios
más allá de la temperatura
Los efectos positivos de los bosques urbanos no se limitan
únicamente a la reducción del calor. Según el estudio, estos espacios también
contribuyen a mejorar la salud, mejorar la calidad del aire, aumentar la
biodiversidad.
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