- Víctima del conflicto armado, desplazada
y madre de un hijo desaparecido, Martha Lucía Sánchez es una campesina
de Pueblo Rico que encontró en la panela su razón para resistir.
Pueblo Rico-. Martha Lucía Sánchez fue criada entre cañas
y molienda. Desde los seis años acompañaba a su padre en el trapiche y, a
los once, ya asumía el oficio de pesadora. La panela no solo fue su
escuela, sino también su refugio cuando el conflicto armado interrumpió su
vida y la obligó a empezar de nuevo.
Hoy, Martha, en medio del
vapor que indica la cocción dulce de la panela, agradece el apoyo del
gobernador Juan Diego Patiño Ocho, al ser una de las beneficiarias de los
insumos agrícolas que la Gobernación de Risaralda les brinda a los
campesinos, a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario.
“Yo me levanté en la
panela. Es una tradición que viene desde mi papá, yo misma, mis hijos y
ahora mi nieto. Somos cuatro generaciones”, expresó con orgullo. Pero esa historia de
tradición también está marcada por el dolor: hace 14 años, uno de sus hijos
desapareció, víctima de un grupo armado. “Salimos con lo que
teníamos puesto. Perdimos todo”, recordó.
TRABAJO DIGNO. APOYO DE LA
GOBERNACIÓN
Tras ser desplazada de su
finca en la vereda La Cumbre, Martha, su esposo e hijos, lograron adquirir
un nuevo terreno gracias a una herencia familiar. Allí, en la vereda Los
Pueblos de Pueblo Rico, reiniciaron su vida con una pequeña granja y un
nuevo trapiche. Hoy produce entre 30 y 40 pacas semanales que comercializa
en el Quindío, Chocó y diferentes municipios de Risaralda.
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