FUENTE EL PAÍS / Patrick Crusius, un joven solitario de 21 años, condujo durante más de nueve horas desde Allen, una ciudad en los suburbios del norte de Dallas, dispuesto a morir matando. Su destino era El Paso. La ciudad de 682.000 habitantes, el 85% de ellos hispanos, que encarna la frontera. El foco desde hace meses del debate político nacional sobre inmigración, que ha recibido olas de familias centroamericanas en busca de asilo. Eligió un Walmart, una gran superficie abarrotada un sábado por la mañana, destino habitual de mexicanos que cruzan la frontera desde Ciudad Juárez para comprar.
A las 10.20, veinte
minutos antes de que los servicios de emergencia recibieran la primera llamada
alertando de que un
hombre había irrumpido en la gran superficie y se había puesto a disparar con
un arma semiautomática contra la multitud, se publicaba un manifiesto, en un
foro de Internet de ultraderecha, en el que se anunciaba un ataque en respuesta
a “la invasión hispana de Texas”. Poco después Crusius se entregaba a la
policía, aparentemente sin resistencia, después de liquidar a 22 personas y
herir a otras 24 -dos de las víctimas fallecieron este lunes-,
en el más letal de los 250 tiroteos múltiples con armas de fuego que se han
producido en Estados Unidos en lo que va de año.
“Ahora mismo, tenemos un
manifiesto de este individuo”, declaraba el jefe de la policía de El Paso, Greg
Allen. Después, las autoridades advertirían de que aún no han verificado que
Crusius sea el autor del texto publicado de manera anónima. Pero fue suficiente
para que el gobernador Greg Abbot hablara de nexos con “un potencial crimen de
odio”.
--
0 comentarios:
Publicar un comentario