Para meterse con las ánimas
del purgatorio se necesitaba tener una verraquera tan especial como la que
deberían tener hoy tanto los que salen a gritarle al gobierno para que
los oiga,como en la Casa de Nariño para oírles sin perder la compostura ni
salir corriendo cuando aparezcan vueltos realidad los fantasmas que han estado
creando en estos dias .
Por supuesto como la vida y
la religión católica han cambiado tanto,esos fantasmas ya no son las ánimas del
purgatorio,porque en Colombia, aunque usted no lo crea,a las ánimas del
purgatorio las demandó un abogado provinciano, Ramón Alcides Valencia Aguilar y
les ganó el juicio.
Resulta que el pueblo
antioqueño de Concepción fue declarado patrimonio cultural por el Ministerio y
como tal para poder reparar la iglesia que amenazaba ruina, la burocracia
necesitaba certificar los títulos de dominio y en el registro notarial decía que
la Iglesia era propiedad de “ Las ánimas del purgatorio”desde 1860, donada por
una feligresa.Al abogado Valencia se le ocurrió que la única manera de
quitarles ese derecho era demandarlas ante un juzgado de Rionegro y probar ante
el juez que ellas no eran propietarias reales de la iglesia.Le admitieron la
demanda,le nombraron curador para que velara por las ánimas ,y como es de ley
las emplazaron por aviso publicado en El Colombiano para que se presentaran a
hacer valer sus derechos y como no lo hicieron,les aplicaron la prescripción de
dominio y la iglesia pasó a manos de quien bien la había cuidado y
mantenido por más de 100 años.
Esa derrota de las ánimas
del purgatorio sin que nada le pasara al abogado Valencia ni a Concepción ni
a las católicas Antioquia y Colombia es una demostración que en este país
las cosas han cambiado muchísimo y hoy 21 de noviembre pueden cambiar más.
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