Es un hecho que
conservar la salud y combatir la enfermedad es una responsabilidad indelegable.
No podemos dejar en manos de otra persona, por muy erudito o profesional que
sea, algo tan sagrado como es el destino de nuestra propia vida.
La emergencia sanitaria en Colombia, decretada mediante la Resolución 844
del 26 de mayo, emanada del Ministerio de Salud, ha sido prorrogada hasta el 31
de agosto del 2020, con el objeto de
“prevenir y controlar la propagación de la Covid-19 en el territorio
nacional y mitigar sus efectos”. Las medidas de autocuidado, el distanciamiento
social, el confinamiento de las poblaciones de mayor riesgo y el control en
sitios donde se puedan presentar aglomeraciones o contactos humanos (transporte
público, bares, discotecas y lugares de esparcimiento) seguirán bajo un rígido control estatal. Una pregunta reiterativa que
me formulan como especialista en salud mental es si además de estas medidas, el
individuo puede realizar otras acciones para incrementar sus defensas ante el
ataque del virus. ¡La respuesta es un sí rotundo! Veamos un poco lo que se ha
demostrado desde el punto de vista científico.
En el siglo XIX, el médico fisiólogo francés Claude Bernard describió por
primera vez el concepto de medio interno, para hacer referencia al
funcionamiento en coordinación de los sistemas orgánicos de los seres vivos.
Walter Cannon, otro médico fisiólogo de la universidad de Harvard (EE. UU.),
utilizó el término de homeostasis para
describir la tendencia natural del organismo a buscar el equilibrio. Luego
están los importantes estudios del médico canadiense Hans Selye sobre los
efectos del estrés en la enfermedad. Finalmente, en 1975, en la universidad de
Rochester (USA), dos de sus investigadores, Robert Ader (psicólogo) y Nicholas
Cohen (inmunólogo), acuñaron el término psiconeuroinmunología (PNI), para
referirse a la estrecha relación que existe entre los sistemas nervioso e
inmune.
Desde esa fecha hasta la actualidad, se han seguido realizando
investigaciones que demuestran de una manera contundente que el ser es una
integralidad, es holístico en su funcionamiento, y que se puede influir en él
de manera positiva o negativa, dependiendo de la actitud que el individuo
asuma. Ejemplo, si la persona está ansiosa, deprimida, con niveles altos de
estrés, se secretan unas sustancias, principalmente corticoides, que tienen una
repercusión importante en la disminución del sistema inmunológico, lo que hace
que el organismo sea más proclive a desarrollar enfermedades, especialmente las
de tipo infeccioso. Asimismo, se ha demostrado que los pensamientos y las
emociones positivas tienen influencia en el sistema inmune, y a través de él
pueden disminuir la posibilidad de contagio y fortalecer exitosamente la lucha
para controlarlo.
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