Proceder de manera asertiva ante los retos que plantea el entorno es una de las mejores habilidades que puede desarrollar un ser humano para interactuar eficazmente con sus semejantes. Cuando el individuo, a lo largo de su ciclo de vida, no ha logrado adquirir esta capacidad, se le dificulta dialogar, empatizar y llegar a consensos o acuerdos con los demás. La piedra angular de las interacciones adecuadas entre las personas se hace evidente cuando se produce un acuerdo, tras los intercambios de opiniones disímiles entre quienes participan en el diálogo. El conflicto surge cuando las partes no logran un entendimiento; y esto es tan importante, que determina el estilo de vida de una persona, de un grupo o de una nación entera. Lo que el mundo está viviendo actualmente por el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania –que, con la participación de países europeos, de EE.UU. y de otras potencias del mundo como China, ya se ha extendido a nivel global– es una clara muestra de las terribles consecuencias que se pueden derivar del desentendimiento entre las personas, en este caso, de quienes lideran las dos naciones donde originariamente se generó el conflicto.
Los psicólogos y profesores Peter Salovey (de la
Universidad de Yale) y Jhon D. Mayer (de la Universidad de New Hamsphire), en
sus investigaciones sobre la personalidad y sus formas de reacción, postularon
el término Inteligencia Emocional (IE) para referirse a la capacidad que tiene
un individuo de expresar, comprender, utilizar sus emociones, reconocer las de
su interlocutor y regular las propias según el contexto en el cual se dé la interacción.
Este concepto se universalizó posteriormente gracias a los estudios del
psicólogo y escritor estadounidense Daniel Goleman y a la publicación de su
libro La inteligencia emocional. En
síntesis, el planteamiento es que una persona con una IE adecuada se
caracteriza por su capacidad para regular sus emociones, reconocer las de los
demás y establecer consensos en la diferencia.
Este domingo 12 de marzo es la primera jornada electoral de un año en que se eligen el Congreso y el presidente que regirán los destinos de nuestro país. Para votar de manera adecuada debemos utilizar muy bien nuestra IE. Y no es complejo si se toman en cuenta estos principios: primero, no vote emotivamente ni se deje influenciar por tantas noticias falsas sobre candidatos; segundo, ninguno de los que están en el partidor tienen la fórmula para solucionar los complejos problemas que tiene Colombia; finalmente, ¿con cuál empatiza más? No importa lo que digan las demás personas, tome en cuenta tus propios criterios, utilizando su IE, que los seres humanos tienen o que al menos la pueden desarrollar. Pero eso sí: votar es un derecho y un deber que tenemos todos los colombianos para
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